Thursday, February 01, 2007

El dolor...

Existen diversos tipos de dolores... unos más fuertes que otros, del alma, físicos, del recuerdo.

Es parte de estar vivos, debe ser una de las condiciones que asumimos por el sólo hecho de ser personas. Nos hace sentir gente, débiles tal vez, no éramos el superhéore deseado... si no al contrario, somos la parte humana... el Clark Kent o el Bruce Wayne.

Me gustaría partir por los dolores físicos, las situaciones mas odiadas, cuando perdemos el control y un velador por ejemplo se convierte en víctima de la absurda furia irracional, me refiero al clásico choque con la punta del dedo chico del pie jajajaj. Igualmente el apasible saboreo de un "masticable" se ve ensombrecido por una muela loca que mordió la lengua pensando que ésta también tenía gusto a frutilla.
En estos casos todo nuestro arsenal de ideologías se nos va a las pailas, nos llenamos de furia y pretendemos atentar contra objetos inanimados, como si eso nos diera analgesia de algún modo.

En segundo Lugar, los dolores crónicos, tema del que me asumo bastante ignorante por lo demás, pero me imagino la entereza que deben tener las personas que han tenido que modificar su vida en torno al dolor, con todas las limitaciones que éste conlleva.

Finalmente, el dolor del alma, espiritual, o como quieran llamarlo... es un poco distinto, porque comienza activar la maquinaria mental, el tan bien llamado "caldo de cabezas" que siempre es necesario, con algunos límites por supuesto.

Me imagino que la fotografía es lo bastante explícita como para observar qué tipo de dolor es el que siente aquella mujer. Tal vez una de las cosas más duras de asumir, en el sentido de que generan un antes y un después en la vida de la gente, es el estar concientes de que va a llegar el día en que no veremos a alguien nunca más. Es seguramente por eso que el dolor nos marca, porque si bien, no podemos evitarlo... nos hace más grandes, nos hace amar lo que tenemos aquí y ahora.